24 de junio de 2020

RUTA BTT: FUENCALIENTE - CONQUISTA - LA GARGANTA - MINAS DEL HORCAJO

RUTA CIRCULAR DESDE FUENCALIENTE POR LA GARGANTA

Ruta pasando por Conquista (Córdoba), el río Guadalmez, la finca La Garganta y la aldea de Minas del Horcajo. 61 km.

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INFORMACIÓN PRÁCTICA
Kilómetros: 61 km
TRAMOS
TRAMO 1: Fuencaliente a Conquista: 20.0 km.
TRAMO 2: Conquista a Minas del Horcajo: 20.0 km
TRAMO 3: minas del Horcajo a Fuencaliente: 21.0 km.
TOTAL: 61 km.

ANTES DE SALIR
Es una ruta circular, con salida y llegada a Fuencaliente, pasando por el pueblo de Conquista, en el Valle de los Pedroches de Córdoba, por la famosa finca La Garganta, y por la aldea de Minas del Horcajo, un antiguo pueblo minero que pertenece a Almodóvar del Campo. A través de esta ruta conoceremos los distintos ecosistemas y paisajes de Fuencaliente, y que convierten a toda esta zona en un área de gran importancia medioambiental desde el punto de vista de la flora y la fauna que aquí vive.
La mayoría de las especies significativas de la fauna ibérica podemos encontrarlas en Fuencaliente y sus alrededores: lobos, linces, águilas imperiales y reales, águilas culebreras, perdiceras y calzadas, cabras monteses, buitres leonados y negros, cigüeñas negras, nutrias, meloncillos, ginetas; incluso raros murciélagos, como los de herradura, viven en estos parajes en un difícil equilibrio con el hombre. También es grande la importancia botánica de Fuencaliente y toda la zona de Sierra Madrona, ya que por sus especiales características climáticas, es una zona de confluencia de especies mediterráneas y atlánticas.
Conquista (Valle de los Pedroches - Córdoba)
Con esta ruta conoceremos también las principales actividades económicas de la zona: los olivares que producen el buen aceite de Fuencaliente; la zona ganadera de La Raña y del Valle de los Pedroches; los grandes cotos de caza como la finca La Garganta; la minería que tanta importancia tuvo en otras épocas especialmente en Minas del Horcajo; la explotación forestal de los Montes de Fuencaliente, de donde se obtiene madera y gran cantidad de níscalos; y los servicios turísticos que ofrece la zona (camping, piscinas, hoteles, balneario) a lo largo de la carretera N-420 y en el mismo pueblo de Fuencaliente. Pasaremos por Conquista, uno de los pueblos del Valle de los Pedroches, la zona que más influencia ha ejercido sobre Fuencaliente, ya que siempre ha estado aislado por todas partes menos por el oeste.

La ruta tiene tres partes:
De Fuencaliente a Conquista: son 20 Km. aprox. por un camino rural recientemente asfaltado y que no ofrece ninguna complicación ni posibilidad de perderse.
De Conquista a Minas del Horcajo: son también 20 km. aprox. primero por una pista asfaltada que sale por el cementerio de Conquista hacia La Garganta llegando hasta el río Guadalmez; y desde el río Guadalmez por el Camino Real de la Plata, que se encuentra bastante mal conservado, hasta Minas del Horcajo. 
De Minas del Horcajo a Fuencaliente: son unos 21 km. aprox, saliendo del Horcajo por el túnel del tren antiguo, bajando el valle del Escorial por un buena pista y llegando al km. 116 de la carretera N-420. Desde aquí llegamos a Fuencaliente por la carretera, aunque podemos circular paralelos a ella por los cortafuegos que han marcado como Ruta del Quijote.
Los puntos kilométricos están medidos con el cuentakilómetros de la bici, por lo que no son exactos pero sí muy aproximados.

PRIMER TRAMO: FUENCALIENTE - CONQUISTA
Salimos de Fuencaliente, junto a los bares Peñaescrita y Tropicana, subimos hacia la Plaza y giramos hacia la izquierda para buscar la calle de los Baños y pasar por delante del Balneario. Continuamos de frente por la calle Calvario, pasamos por el cementerio y, subiendo hacia el oeste, llegamos a la Fuente del Compadre a la salida de Fuencaliente, donde empieza el Camino de Conquista. Es un camino asfaltado hasta Conquista y no tiene pérdida.
Fuente del Compadre
Entre olivares, subimos al Collado de los Terreros [k. 3.1], cruzamos el Arroyo de los Caños y llegamos al cruce de La Raña [k. 5.2], por donde pasamos en otras rutas. Siempre por la pista principal, sin desviarnos nunca, por la zona conocida como La Raña, llegamos al cruce del Campo de Aviación [k. 13.5]. El antiguo campo de aviación de la guerra civil queda a la derecha y, aunque se ha transformado en una zona de agricultura y olivar, aun son visibles algunos de los refugios antiaéreos. Aquí comienza también la finca La Garganta y la valla cinegética ilegal que rodea todo su perímetro.
Después de pasar bajo el gran viaducto del AVE, llegamos al río Guadalmez [k. 17.0], que constituye la frontera entre Andalucía y Castilla La Mancha por esta parte. Este río está declarado como LIC (Lugar de Interés Comunitario) por su importancia ecológica.
Viaducto del río Guadalmez
La construcción del tren de alta velocidad ha partido estas sierras, pero no es el primer tren que las ha cruzado. Al llegar a Conquista [k. 20.0] podemos ver todavía alguna de las construcciones del antiguo ferrocarril de Puertollano a Peñarroya, una vía estrecha, pero electrificada, que funcionó desde 1907 hasta 1970, y que tenía estaciones en Conquista, La Garganta, y El Horcajo.
Antigua estación de Conquista. Línea de Puertollano a Peñarroya
El origen de Conquista fue una de las ventas del Camino Real de la Plata. Este camino, ya datado en documentos del siglo XIV, unía Madrid y Sevilla y podemos decir que era la carretera nacional de entonces. El Camino Real de la Plata, llamado así probablemente porque sirvió para transportar la plata de América desde Sevilla a Madrid, estuvo funcionando hasta que a finales del siglo XVIII (1780) se abrió el paso de Despeñaperros y el Camino Real perdió su importancia. Aún quedan algunas ventas de este camino, como la Venta de la Inés, ya en terrenos del Valle de Alcudia. Desde Conquista hasta Minas del Horcajo iremos por el Camino Real de la Plata. 

SEGUNDO TRAMO: CONQUISTA - MINAS DEL HORCAJO
Una vez dentro de Conquista, nada más cruzar el arroyo Grande, giramos a la derecha y seguimos siempre recto, hasta salir del pueblo, en dirección norte, por la carretera del cementerio. Se trata del Camino Real de la Plata, que está asfaltado hasta el río Guadalmez. Mas adelante dejaremos a la izquierda el desvío hacia la ermita de San Gregorio y a las antiguas minas de bismuto, ya abandonadas [k. 22.6].
Llegamos al río Guadalmez [k. 24.8], y entramos de nuevo en la provincia de Ciudad Real y en la mencionada finca La Garganta, cruzando el río por el antiguo puente de la vía del tren desaparecida. La finca La Garganta, con unas 15.000 Has, es uno de los mayores cotos de caza de España y de Europa. En la Finca no se dan monterías, pero todos los años vienen muchas personalidades invitados a cazar; el Rey Juan Carlos I es un asiduo visitante y lleva muchas temporadas viniendo de caza una o dos veces al año. Esta finca, gestionada por la empresa Villamagna SA, ha pertenecido a diversos propietarios (Sociedad Peñarroya, Explosivos Río Tinto, Duque de Baviera), y actualmente pertenece al Duque de Westminster; pero todos sus propietarios han desarrollado una nefasta gestión medioambiental hasta la fecha.
Antigua estación de La Garganta
Las tropelías cometidas por los gestores de este inmenso latifundio se cuentan y no acaban: la finca tiene instalada en su perímetro una enorme valla cinegética de 3 metros de altura y malla de gallinero enterrada que no cumple la normativa legal; se eliminaron sistemáticamente todos los depredadores para crear artificialmente un coto de perdices, hasta el punto de considerarse esta finca como un auténtico "sumidero" para muchas especies; arrasaron con máquinas excavadoras las casas de la aldea de Minas del Horcajo hasta el punto de hacer desaparecer hasta los cimientos; se le ha hecho la vida imposible a los pocos habitantes que quedaron en la aldea; han cortado todos los caminos públicos y vecinales que pasaban por la finca, incluido el Camino Real; se ha perseguido, y se sigue acosando, a todos los visitantes y ecologistas que aparecen por la zona; han conseguido, mediante una dudosa permuta con el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo, quedarse con 150 hectáreas de los terrenos comunales de la aldea; etc, etc, etc. Después de muchas denuncias en la prensa y en TV (Línea 900), y de marchas de protesta en la finca, se ha conseguido el paso por el Camino de la Plata; eso sí, a cambio de parte de los terrenos comunales del Horcajo, después de un acuerdo más que discutible con el Ayuntamiento de Almodóvar. Los demás caminos públicos siguen cortados e incluso los han roturado para que desaparezcan. Aunque el Camino Real ahora es público, es seguro que algún guarda nos acosará y seguirá durante el trayecto, aunque según ellos solo nos "acompañan".
Desde el río Guadalmez hasta Minas del Horcajo, el camino no tiene pérdida. Ya hemos dicho que se trata de un camino público, el Camino Real de la Plata. Nada más cruzar el río, hay que coger el camino de la derecha, y seguir siempre recto; los posibles desvíos están señalizados para no pasar, y los guardas de la finca siempre andarán cerca "para que no nos perdamos". La pista no está en muy buenas condiciones, pero llegaremos sin problemas a la antigua estación de La Garganta, que queda a la izquierda del camino [k. 29.1]
En el [k. 30.8] llegamos a un cruce frente a la vía del Ave; no lo cruzamos y seguimos a la izquierda. El camino de la derecha, cruzando bajo la vía del Ave, lleva a la aldea de La Garganta, un pueblo que ahora es "propiedad" de la finca. En el [k. 33.0] llegamos a Puerto Correo y saltamos al valle donde se encuentra la aldea de Minas del Horcajo; abajo queda el Arroyo de la Ribera. Ahora el Camino va por zona de umbría y pinares de repoblación, y a lo lejos ya vemos la aldea de Minas del Horcajo.
Viaducto del Horcajo
En el [k. 33.7] habrá un desvío, seguimos por el camino de la izquierda y cruzamos el Arroyo del Nacedero. Siguiendo el camino dejaremos a la izquierda el bonito viaducto del antiguo ferrocarril de Puertollano a Peñarroya. Tras cruzar bajo la vía del Ave, subimos a la aldea de Minas del Horcajo, que pertenece al Ayuntamiento de Almodóvar del Campo [k. 40.0].
Minas del Horcajo en 1911
La aldea de Minas del Horcajo pertenece a Almodóvar del Campo, que se encuentra a unos 50 Km. El Horcajo, como se le llama, fue un pueblo minero que llegó a tener más de 3000 habitantes a principios de este siglo; tenía hospital, juzgado, escuela, casino, y hasta plaza de toros. Pero los dueños de la finca La Garganta destruyeron con máquinas excavadoras todo lo que pudieron y sólo la iglesia y algunas casas quedan en pie.

TERCER TRAMO: MINAS DEL HORCAJO - FUENCALIENTE
Al llegar al Horcajo, seguiremos la ruta cruzando el pueblo para llegar al túnel del antiguo ferrocarril, por el que cruzaremos al otro lado de la sierra. Antes de entrar al túnel, que mide 1056 metros, hay un interruptor a la izquierda que enciende la luz y el semáforo del túnel.
También se puede cruzar al otro lado por el Camino Real de la Plata. Sin entrar en la aldea, el Camino Real sigue de frente subiendo hacia la sierra y pasando junto al antiguo cementerio, para buscar el Puerto del Horcajo. Cerca del Puerto vemos una cruz, en la cumbre de la sierra, que se erigió en memoria de tres niños muertos en un oscuro suceso ocurrido en 1901. Cruzando el Puerto del Horcajo, nos uniremos de nuevo a la ruta al otro lado de la sierra, en el Valle del Escorial. El nombre de Escorial podría referirse a las escorias de la minería, pero en este valle se encuentra un arroyo llamado "Arroyo de los Caballeros del Escorial" y otro llamado "Arroyo de los Ballesteros", lo que sugiere otras hipótesis que se remontan a los tiempos de la Reconquista.
Viaducto sobre el Arroyo del Nacedero
Después de cruzar el túnel, salimos al Valle del Escorial, dejamos el camino-plataforma de la antigua vía y, tras cruzar enseguida el río Montoro, hay un cruce de caminos (GPS 38º 31' 47.8"N / 04º 25' 38.3"W) [k. 41.7]; en el cruce giramos a la derecha para bajar valle abajo, llevando al río Montoro por nuestra derecha. El camino cruza, junto con el río, por debajo del puente de la antigua vía, y bajamos entre quejigos adehesados y terrenos de caza. El río Montoro,  después de recorrer indeciso de un lado a otro estas sierras, se hace afluente del Jándula y después del Guadalquivir. En este valle del Escorial podemos ver una interesante dehesa de quejigos, un paisaje peculiar dentro de la zona de Sierra Madrona. Bajando, con el río Montoro a nuestra derecha, llegaremos al km. 116.0 de la carretera N-420 [k. 46.7]
La última parte de la ruta la podemos hacer por la carretera hasta Fuencaliente. Pero lo mejor es circular fuera de ella, por la derecha, por los tramos de carretera vieja y el cortafuegos, siguiendo los hitos de la "Ruta de Don Quijote" marcada recientemente. De esta forma, siempre por el lado derecho de la carretera, cruzaremos los extensos pinares de Fuencaliente. El Ayuntamiento de Fuencaliente posee una gran finca de 7000 Has, que ocupa gran parte de su término municipal, que afortunadamente se libró de las desamortizaciones del siglo XIX ya que formaba parte de una comunidad de pastos con los pueblos vecinos. La finca, que es una buena fuente de ingresos para el Ayuntamiento, está dedicada a la caza, y gran parte de ella está repoblada de pinos. También los pinos dejan todos los años gran cantidad de níscalos.
Fuente del Almirez
Siguiendo la ruta cruzaremos el Puente de Hierro y el río Montoro, que es el límite del término municipal de Fuencaliente. Por entre pinares, llegaremos al Puerto de Valderrepisa [k. 52.5]. Antes de llegar al Puerto de Valderrepisa dejaremos a la derecha una especie de monumento conocido como "El Monolito", que era un antiguo símbolo franquista construido en 1964 para celebrar los "25 años de paz"; luego, con la democracia, se transformó en monumento a la guardería forestal. El puerto de Valderrepisa, antes se llamaba del Acetre por una curiosa leyenda de un milagro que allí ocurrió. También en el Puerto de Valderrepisa podemos ver la excavación arqueológica de un poblado minero de origen romano, donde se encontraron monedas del siglo II antes de Cristo.
Del mismo Puerto de Valderrepisa sale, a la izquierda, el Camino de Solana del Pino, por el que hacemos otras rutas: ruta de Ventillas, ruta de Solana del Pino.
El "Monolito"
Desde el puerto de Valderrepisa seguimos hacia el sur por el cortafuegos que hay junto a la carretera. De esta manera bajamos hacia Fuencaliente paralelos a la carretera N-420 hasta llegar a la ermita de San Isidro, junto a la que se encuentra el camping de Fuencaliente.
A partir de aquí la ruta se separa de la carretera. Seguimos hasta la misma puerta del camping, desde donde sale una pista, seguiremos hasta llegar a un cruce donde giramos a la derecha para retirarnos de la carretera, y subimos hacia una loma donde encontraremos otro cruce. En este cruce giramos a la izquierda para coger el Camino Real, por el que tras unos 5 kms de suave camino y muy bonitas vistas, llegaremos a Fuencaliente bajando a la plaza por la calle San Bernardo [k. 61.0]. Este último tramo no tiene pérdida porque es la Ruta de Don Quijote.

4 de junio de 2020

LAS PINTURAS RUPESTRES 1846

ANTIGÜEDADES ESPAÑOLAS: TEMPLO FENICIO Y GEROGLIFICOS DE FUENCALIENTE

"SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL"
Nº 31. AÑO 1846
TEMPLO FENICIO Y GEROGLIFICOS DE FUENCALIENTE
"Entre las antigüedades que nos restan de los Fenicios, son dignas de una particular atención las grutas de Fuencaliente, población de Sierra Morena, muy conocida por sus baños termales. Están situadas estas curiosas grutas en la Sierra de Quintana á una legua de la villa mas allá del río de los Batanes a la parte de Oriente. El terreno es sumamente áspero y fragoso, se crían con abundancia en él cabras monteses. Toda la falda de una parte de la montaña, que es de pedernal fino, se ve cortada formando un frontispicio de seis varas de alto y otra tantas de ancho. En esta fachada existen abiertas y afinadas con acero dos pequeñas cuevas en forma de pirámide, su altura será de vara y media, y su entrada por lo mas ancho de una. Con el corte del peñasco dejaron llana y desembarazada aquella, parte del terreno, formando un pequeño atrio al que sirve de valla o cerca las piedras cortadas juntamente con una porción de enebros, alcornoques y árboles silvestres que hacen poco accesible aquel sitio.
En las paredes de estas cuevas están escritos con tinta de rúbrica bituminosa caracteres desconocidos en los alfabetos antiguos, y geroglíficos, que á pesar del tiempo se conservan frescos y hermosos.
A un cuarto de legua de aquí, a orillas del río de los Batanes y en la parte que este forma una cascada, se encuentra un peñasco de pedernal, aunque no muy fino, que tiene cortada a pico su fachada. Está enteramente al descubierto y sin amparo alguno á la parte del norte por donde corre el río, formando un cuadrilongo de seis varas de alto y seis de ancho. Pusieron también en él varios geroglíficos, los de la parte superior están escritos con tinta negra, y los de la inferior con encarnada. Como están a la intemperie, las aguas, á pesar del betún han lavado bastante la tinta y los caracteres y geroglíficos han quedado confusos y casi borrados en algunas partes; también puede haber contribuido el humo del fuego que se conoce haber habido al pié del peñasco.
Estos geroglíficos están escritos en la segunda cueva en tinta encarnada en las paredes de la derecha é izquierda. En el centro hay tres figuras al parecer de una muger de cuerpo entero, otra de medio cuerpo, y una cara tan mal delineadas que parecen mamarrachos pintados por un niño.
El sitio en que están las cuevas, era sin duda alguna un templo Fenicio, según le suelen describir los historiadores antiguos. Masdeu refiriéndose á estos dice: Que los templos principales de los Fenicios eran bosques cerrados de una muralla sin techo y descubiertos para permitir libertad á la vista, y poder levantar los ojos al cielo en tiempo de sus oraciones. En estos recintos había mesas y altares, y para el uso de los sacrificios se conservaba el fuego perenne, elemento adorado por estos como cosa mas semejante á la divinidad. Los Fenicios adoraban á la mayor parte de dioses, á quienes tributaban culto los egipcios. Es verosímil tomasen de estos los símbolos o geroglíficos que se ven escritos en aquéllos peñascos. Es pues en nuestra opinión aquel sitio el punto en que los mineros Fenicios se reunían á tributar adoración á sus dioses.
La abundancia de minas que hay en aquella sierra, los vestigios que allí existen de haber sido esplotados en tiempos muy remotos, nos hacen creer que los Fenicios de las ciudades de Cartulo é Ilitergi, poblaciones que existían no muy distantes de aquel sitio, tendrían establecimientos en la sierra para beneficiarlos, y dispondrían aquel sitio en la forma que aun conserva para reunirse á dar adoración á las divinidades á quienes le tributaban.
Los historiadores antiguos cuentan, que los Fenicios cartagineses y romanos beneficiaron las minas de los montes morianos, esta es una prueba de lo que referimos.
Don Fernando José López de Cárdenas, cura de Montoro, comisionado en 1783 para formar en Andalucía una colección de historia natural y antigüedades con destino al real gabinete, descubrió en mayo del mismo año estas antigüedades. De su reconocimiento dio cuenta al conde de Floridablanca, haciendo una prolija descrición, y manifestando que en su juicio aquel sitio es el Luco de quien hablan los libros sagrados del Paralipomenon, y de los reyes y algunos escritores profanos. Esta es su opinión: que después de lo que hemos dicho no creemos necesario ocuparnos de refutar. Floridablanca, deseoso de enriquecer el gabinete de historia natural, le escribió la carta que en honor á aquel digno y sábio ministro transcribimos:
"Contesto á las tres cartas de V. de 16 de abril, 26 de mayo y 12 de junio de este año, diciendo quedo enterado de cuanto en ellas me manifiesta acerca de las propiedades de las aguas de Anguijuela y Fuencaliente, y del hallazgo de las dos piedras al pié de la Sierra de Quintana, con geroglíficos escritos en tinta de rúbrica, cuyos caracteres no se hallan en los alfabetos antiguos y que me parece bien que haya V. hecho quitar parte de una de dichas piedras para remitirla al gabinete con otras curiosidades. Pero como este descubrimiento es tan raro, quisiera tener en el gabinete una de dichas piedras entera, si pudiese aserrarse sin mucho trabajo y coste y que V. dispusiese una relacion sucinta de este asunto, describiendo el lugar, la figura de la cueva, las piedras y símbolos, y que por conclusion tuviese el juicio que podrá formarse de haber sido Luco. Lo que participo á V. E. San Ildefonso á 1º de agosto de 1783.—El conde de Floridablanca.»
No fué posible aserrar ninguno de estos peñascos por su dureza, no siendo esta la menor dificultad sino su traslacion por sitios enteramente intransitables. No quedaron, pues, satisfechos los justos deseos del ministro, habiendo de contentarse con un pedazo de piedra del peñasco que está á orillas del rio, que por no ser de pedernal muy fino pudo arrancarse; tendrá media vara, y cuatro figuritas; debe existir en el gabinete de historia natural. Entre estos cuatro caracteres hay uno que parece de alfabeto antiguo.
No hemos visto, por mas que lo hemos procurado, la Memoria que en virtud de la órden que hemos copiado debió escribir el señor Cárdenas, para examinar los fundamentos de su opinion acerca de ser este sitio el Luco de que habla la Sagrada Escritura. Sin embargo, creemos no nos haria variar de la que dejamos sentada."
(Artículo sin firma atribuido a Ramírez y las Casas-Deza)

LUIS MARÍA RAMÍREZ Y LAS CASAS-DEZA

LUIS MARÍA RAMÍREZ Y LAS CASAS-DEZA

Biografía
Luis María Ramírez y las Casas-Deza (1802-1874) era natural de Córdoba. Se licenció como médico en 1827 y hasta 1840 ejerció en distintas localidades como Bujalance, Villafranca, El Carpio y Pozoblanco, y desde aquí pasó a Fuencaliente, donde fue director del Balneario. Fue posteriormente profesor de instituto en Córdoba hasta 1862.

Sobre su vida y obra ver: "Biografía y memorias especialmente literarias de don Luis María Ramírez y las Casas-Deza". Reedición en UCO. J. M. Cuenca Toribio. Córdoba 1977.

Es el primer autor que refiere la leyenda del milagro de los dos soldados de Cabezarrubias y la Virgen de los Baños. Esta historia debió ser inventada durante la época de la Contrareforma católica, ya que en las Relaciones Topográficas de 1575 no se cita en absoluto y, sin embargo, sí se refieren otros muchos milagros como el del Puerto del Acetre. Aunque en la actualidad solo se representa a un solo soldado junto a la Virgen de los Baños, en la leyenda original eran dos; así lo recoge este autor y así la cuentan todavía algunas personas mayores.

Fue autor de diversas obras de Arqueología e Historia Antigua recogidas en su obra póstuma: "Franco ilustrado. Notas a las obras manuscritas del insigne anticuario Juan Fernández Franco, en la que se corrigen, explican y añaden muchos lugares para la instrucción de los aficionados a las buenas letras". Córdoba 1775.

El artículo sobre los baños de Fuencaliente fue publicado en la revista "Semanario Pintoresco Español", número 20, (páginas 157-60) en 1.844, imprenta de F. Suarez, Plazuela de Celenque 3, Madrid. Este texto fue usado posteriormente por Pascual Madoz en su "Diccionario........" para elaborar toda la información referente a los baños y las propiedades de las aguas termales de Fuencaliente.

Sobre FUENCALIENTE publicó Casas-Deza estos artículos:
  • "Los Baños de Fuen-Caliente", en el Semanario Pintoresco Español, número 20, Año 1844. Es el artículo reproducido en esta página.
  • "Templo fenicio y jeroglíficos de Fuencaliente", en el Semanario Pintoresco Español, número 31, (páginas 241-243), Año 1846. En este artículo copia los escritos del descubridor de las pinturas, el cura de Montoro Fernando López de Cárdenas.
  • "Descripción topográfica de la villa de Fuencaliente y noticia de sus aguas minerales", en El Heraldo Médico, nº 83 y 84, Año 1854.
  • "Memoria sobre la situación topográfica de Fuencaliente y análisis de sus aguas minerales". Comunicación a la Real Academia de Córdoba. Marzo, 1848
Su obra más importante, y por la que es conocido, es la "Corografía histórico-estadística de la provincia y obispado de Córdoba", re-editada por Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. 1986.
Fuencaliente en 1844 (Semanario Pintoresco Español)
"COROGRAFÍA HISTÓRICO ESTADÍSTICA DE LA PROVINCIA Y OBISPADO DE CÓRDOBA"
(FRAGMENTOS)

Por qué se llama Sierra Morena
"Sierra Morena arranca de las cercanías de Alcaraz en los confines de la Mancha y se pierde en el océano con el cabo de San Vicente. Viene el nombre de Montes Marianos a esta cordillera, que por corrupción ha degenerado en Sierra Morena, del pretor Cayo Mario, que sabiendo que por ellos vagaban muchos bandoleros lusitanos molestando a los súbditos del imperio, robando las minas y perturbando a los que las beneficiaban, con algunas tropas de celtíberos logró exterminarlos."

Quema y destrucción del monte.
"Las labores fuera de los ruedos se reducen por lo general a cortar el monte en Marzo o Abril, para pegarle fuego después en el Agosto: arrojan la semilla a su tiempo y le dan una reja para cubrirla. Estos terrenos así labrados, que es a lo que llaman rozas, cuando son buenos suelen producir veinte fanegas y aun mas por una de semilla … Mas con esta operación se destruyen los chaparros, que cortan y queman sin consideración al fruto que pudieran dar en adelante."
"Uno de los objetos que para común utilidad deben llamar la atención de los naturales es la asignación de sitios donde paste el ganado cabrío, por el grave daño que ocasiona a los montes. Para renovar éstos, y que el referido ganado se aproveche de los retoños, incendian todos los años por el estío grandes porciones de terreno, si bien el fuego extendiéndose a veces mas de lo que intentaron sus autores, devasta leguas, como acaeció en 1820"

Cómo son y a qué se dedican los habitantes de la Sierra
"Los habitantes de la sierra son pacíficos y laboriosos, y aunque no carecen de talento, son inciviles y toscos, como también interesados, maliciosos y suspicaces, cualidades que deben haber adquirido con el tráfico y negociación (frecuentemente ilegítima, cual es el contrabando) a que se dedican de continuo.."

La batalla de Azuel
"Refiere la crónica de Alfonso VII llamado el Emperador que el año de 1143 habiendo Nuño Alfonso, teniente alcaide de Toledo, logrado una gran victoria de los moros de Almodóvar del Campo, con 1000 infantes y 9000 caballos salió a principios de Marzo y haciendo una entrada en el territorio cordobés, quitó la vida a muchos mahometanos, cautivó a otros y tomo una gran presa. A este tiempo se habían juntado con sus gentes Aben-zuel alcaide de Córdoba y Aben-seid de Sevilla a quienes un cautivo escapado dio noticia de los hechos. Entonces juntando mas gente fueron en seguimiento de Nuño Alfonso quien viéndolos de lejos ocupó con sus gentes un alto llamado la Mata de Montelo. Los mahometanos que iban a ellos tuvieron por suya la victoria; mas Nuño Alfonso cargó sobre ellos acometiendo a la gente de Aben-seid que era la mejor de los contrarios. Los toledanos hirieron de muerte al alcaide de Sevilla que cayó del caballo y le cortaron la cabeza. Con este suceso desmayaron los demás caudillo y comenzaron a volver la espalda persiguiéndolos Nuño, y alcanzando a Azuel lo arrojó a tierra de una lanzada y le cortó la cabeza. Murieron mucho árabes y los cristianos hicieron un gran número de cautivos y cogieron banderas, armas, caballos y despojos. Al sitio de la batalla quedó el nombre de Azuel."

La Virgen de los baños y los soldados de Cabezarrubias
"Yermo e inculto el territorio de Fuen-caliente no era hollado mas que de animales montaraces, y de algunos viajantes que transitaban por el camino, que atravesando aquel desierto ponía en comunicación por allí a Castilla con Andalucía, cuando dos soldados de Cabezas-Rubias, según tradición, habiéndose bañado en estas aguas, que eran entonces unas charcas, buscando el remedio de una sarna que padecían, y teniendo alivio, lo contaron en su aldea; cuyos vecinos fueron al sitio del manantial, y reconocido el terreno, hallaron en la espesura al lado de las aguas la imagen de Ntra. Sra. a la que dieron el nombre de los Baños y le labraron una ermita para su culto.
Este suceso debió ocurrir a principios del siglo XIV, pues el año 1369 ya se halla pertenecer la ermita a la Orden de Calatrava; y así el año 1314 en que algunos han dicho, con equivocación, que tuvo principio la villa, debió ser el de la fundación del santuario. La población no tuvo principio hasta después de dicho año de 1369 en que muerto el rey D. Pedro a manos de su hermano D. Enrique en el campo de Montiel, Don Pedro Muñiz de Godoy, natural de Córdoba, que ya se titulaba Maestre de Calatrava, tomó posesión del Maestrazgo en el convento de esta Orden y de allí se dirigió a Carmona con algunos caballeros tras él."

Batalla de la Garganta
"Los vecinos de Pozoblanco fueron los que tuvieron mas parte en el desgraciado choque de la Garganta que sucedió de esta manera.
El 24 de mayo de 1835 recibió un oficio D. Rafael Halcón y Mendoza, subdelegado del partido y Alcalde Mayor de Pozoblanco, comunicándole que en la villa de Conquista se había presentado una pequeña facción procedente de la Mancha, y compuesta como de unos 24 hombres que saquearon las casas y exigieron raciones de comida.
El Alcalde Mayor, sin perder momento y a la cabeza de 50 urbanos y acompañado del comandante de armas de Pozoblanco, se puso en marcha. Llegados a Villanueva de Córdoba supieron que la facción no pasaba de 30 andrajosos que se habían situado en la sierra de la Garganta; por lo que reforzados con 50 urbanos de aquella villa y acompañados del alcalde D. Manuel Ayllón y el escribano D. Juan Pedraza se dirigieron a Conquista; en cuyo punto recibió el Sr. Halcón un oficio del comandante general de la Mancha, Grasés, preguntando desde Fuencaliente el número y posición de los enemigos.
Se le contestó a las 8 de la noche informándole de todo e indicándole el camino mas corto por donde podría conducir a su tropa para caer sobre los enemigos por el camino del Robledo opuesto al de Conquista, con lo que se lograría sorprenderlos y apoderarse de ellos.
La confianza de los urbanos en su superioridad numérica y la seguridad de ser protegidos por el indicado comandante general impulso al Alcalde mayor de Pozoblanco, oídos los prácticos del terreno, a dirigirse a las casillas de la Garganta, donde permanecieron acampados sigilosamente para evitar la fuga de la facción.
Al amanecer del día 25 lograron sorprender los ranchos de los facciosos en la cañada de dos montes elevados y difícilmente accesibles. Entonces, entusiasmados los urbanos, se lanzaron todos sobre los que huían despavoridos dejando tendidos en tierra bastantes cadáveres y cogiendo dos de sus caballos. Persuadidos de que no podían hacerse fuertes los desordenados facciosos, se dividieron los urbanos en dos trozos y trataron de envolver a los que trepaban a derecha e izquierda de la cañada.
Mas repuestos los facciosos tomaron la altura occidental y tomaron la ofensiva. Los urbanos se vieron en la necesidad de retirarse intentando tomar la altura opuesta, mas el trozo al mando del Alcalde, internado en lo mas fragoso del monte, fue rodeado por mas de 160 hombres, mientras que otros tantos atacaban al otro trozo, al mando del comandante de armas, el cual pudo, no sin dificultad, emprender una retirada por escalones.
Halcón, aunque acosado por todas partes, y viendo caer a su lado al alcalde de Villanueva y otros, no perdió un momento la serenidad, hasta que recibiendo un golpe de sable en la cabeza, quedó fuera de combate y en poder de sus enemigos.
El comandante general de la Mancha hizo los mayores esfuerzos por perseguir la facción y rescatar los prisioneros; pero todo fue inútil, pues se retiraron precipitadamente, llevándose al Alcalde mayor, a un oficial de urbanos de Villanueva y a dos bagajeros; y haciendo un alto junto a un cerro llamado del Novillo a cuatro leguas de la Garganta, formaron un consejo de guerra que decidió fuesen los dos primeros fusilados y lo segundos puestos en libertad para que llevasen la noticia.
La desgracia de este combate consistió no solo en la superioridad de los enemigos; sino también en no haber hecho el Comandante general de la Mancha el movimiento que se le había indicado; pues por una fatalidad recibió el oficio que se le remitió ya en marcha para Conquista, y aunque estuvo indeciso, no tuvo por conveniente retroceder a tomar el camino indicado, creyendo sin duda poder llegar al la Garganta antes que los urbanos."

FUENCALIENTE 1844

ESPAÑA PINTORESCA: LOS BAÑOS DE FUEN-CALIENTE

"SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL" 
Nº 20. AÑO 1844
LOS BAÑOS DE FUEN-CALIENTE
"Si la península ibérica es abundante y rica en aguas minerales, pocos territorios de ella presentarán tanto número como el campo de Calatrava, situado en aquel país que se conoce con el nombre de Mancha. A legua y media al S. de Mestanza se halla el manantial llamado de las Tiñosas, que es muy copioso; en la Calzada de Calatrava, a un cuarto de legua al N. de la población, hay una fuente que solo está mineralizada por el ácido carbónico; otra igual a ésta se encuentra en Granátula; en el término de Almagro se halla la nombrada de la Nava, muy conocida de tiempo antigua; a media legua de Aldea del Rey, está la fuente llamada del Diezgo, etc.; pero entre todas esta aguas sobresalen las de Puerto-llano, las de los Hervideros de la Fuensanta, y las de Fuen-caliente, de las cuales vamos a dar una ligera noticia.
La villa de Fuen-caliente está situada en el confín S. de la provincia de Ciudad Real, limítrofe de la de Córdoba y partido de Montoro. Yace en las entrañas de Sierra Morena, y en medio de sus más incultas asperezas, a los 38º 29´y 9´´ de latitud septentrional, y a los 12 y 28 de longitud oriental de la isla del Hierro. Ocupa la mesa que se forma al pie de un escarpado cerro de piedra, de unos 100 pies de elevación, llamado la Sierrezuela, desde cuya mesa se prolonga un largo recuesto poblado de pequeños huertos hasta la margen derecha del río de la Yegua; y por uno y otro lado se extienden las casas que se van elevando arrimadas a otros dos cerros. Tal es la situación de esta humilde villa, que debe, no solo su nombre, sino también su origen, a las aguas termales que brotan en su recinto.
Yermo e inculto el territorio de Fuen-caliente no era hollado mas que de animales montaraces, y de algunos viajantes que transitaban por el camino, que atravesando aquel desierto ponía en comunicación por allí a Castilla con Andalucía, cuando dos soldados de Cabezas-Rubias, según tradición, habiéndose bañado en estas aguas, que eran entonces unas charcas, buscando el remedio de una sarna que padecían, y teniendo alivio, lo contaron en su aldea; cuyos vecinos fueron al sitio del manantial, y reconocido el terreno, hallaron en la espesura al lado de las aguas la imagen de Ntra. Sra. a la que dieron el nombre de los Baños y le labraron una ermita para su culto.
Este suceso debió ocurrir a principios del siglo XIV, pues el año 1369 ya se halla pertenecer la ermita a la Orden de Calatrava; y así el año 1314 en que algunos han dicho, con equivocación, que tuvo principio la villa, debió ser el de la fundación del santuario. La población no tuvo principio hasta después de dicho año de 1369 en que muerto el rey D. Pedro a manos de su hermano D. Enrique en el campo de Montiel, Don Pedro Muñiz de Godoy, natural de Córdoba, que ya se titulaba Maestre de Calatrava, tomó posesión del Maestrazgo en el convento de esta Orden y de allí se dirigió a Carmona con algunos caballeros tras el rey D. Enrique cuyo bando había seguido en la guerra contra su hermano; en este viaje, dice Rades de Andrada en su crónica de Calatrava, "pasó por una muy devota ermita de esta orden, que estaba en Sierra Morena y se decía Sta. María de los Baños, o de la Fuen-calda, y agora es iglesia y se dice de la Fuen-caliente. Estaba allí un fraile clérigo de esta Orden que se decía Fray Benito Sánchez, el cuál pidió al maestre licencia para dar a poblar el término de aquella ermita. El maestre por devoción que tuvo a la ermita, y afición al fraile, diole esta licencia y privilegio para los pobladores que allí viniesen, y los que después de ellos viniesen allí, fuesen libres y francos de todo pecho y tributo para siempre. Ítem dio facultad al prior o fraile de aquella ermita y a sus sucesores para dar solares y repartir términos a los pobladores, y le concedió que los diezmos de cualquier frutos de aquellos términos fuesen del prior de aquella ermita y sus sucesores, y que él y ellos tengan poder para poner justicia y regimiento en el pueblo. Luego fueron pobladores y poblaron junto a la ermita un lugar que hoy se dice Fuen-caliente". Esta relación manifiesta claramente que no se fundó la villa hasta el año 1369.
Estuvo sujeta a la villa de Almagro hasta 1566, y después a Almodóvar del Campo, hasta que el rey D. Felipe por cédula fecha en Madrid a 26 de Noviembre de 1594, la apartó con su aldea de Ventillas del partido y gobernación de Almodóvar, volviéndola a sujetar a Almagro. En 1591, el Licenciado Nicolás de Chaves, había dado posesión a la villa de la jurisdicción civil y criminal, alta y baja, mero y mixto imperio de que le había hecho gracia S. M. y por lo cual le había servido con 724.500 mrs.
Consta la población de trece calles y una plaza bastante capaz, y la habitan 400 vecinos. Su iglesia parroquial está situada casi en el medio del pueblo y fue construida habiendo demolido la antigua, por los años de 1710.
Linda el término de esta villa por el N. con los de Mestanza y Puertollano, a dos leguas; O. con Almodóvar del Campo, a una; por el E. con el de Andújar (Jaén) a media; y finalmente al S. con el de Montoro, a una.
La mayor parte del término es montuosa y estéril, pero tiene buenas arboledas de robles y quejigos que surten de madera a las minas de Almaden, y pudiera tener buenos encinares, si en vez de continuar la plantación de este utilísimo árbol, como principiaron en 1804, no hubieran cortado las que ya había. El número de olivos llegará a unos 10000 entre los que dan fruto y no le dan todavía. Cría otros varios árboles, arbustos y plantas medicinales. Produce trigo, cebada, centeno, y muy poca cantidad de semillas y legumbres, alguna hortaliza y frutas. Posee mucho ganado cabrío, poco vacuno, menos lanar y de cerda, y mantiene de 1200 a 1400 colmenas de exquisita miel. Pero en su territorio, como el más a propósito por su naturaleza, abunda sobre todo el reino animal, hallándose en él toda especie de caza mayor y menor.
Se encuentran varias antiguas minas de galena argentífera, especialmente una llamada Romana el sitio nombrado valle de las Torcas y no ha mucho se formó una sociedad para beneficiarla. Pero de lo que le terreno da más muestras es de contener minerales de hierro y de cobre hallándose frecuentes escorias que denotan la antigua explotación que se hizo en este territorio.
Si los romanos se aprovecharon de su riqueza mineral, como no es improbable, no ha quedado vestigio ni memoria alguna de esta nación; pero si se hallan monumentos que fundadamente se pueden atribuir a otra que aportó a nuestra península con el fin de disfrutar de sus riquezas antes que los Romanos la hicieran provincia de su imperio. Hablamos de los Fenicios, que tanto se aprovecharon de las ricas producciones y metales de nuestro país. El laborioso y erudito escritor D. Fernando López de Cárdenas, cura párroco de Montoro, con el objeto de recoger sustancias minerales y otras curiosidades para el Gabinete de Historia Natural de Madrid, para lo cual estaba comisionado por el conde de Floridablanca, reconoció el 26 de Mayo de 1783 varios lucos situados en este término y paraje nombrado, por lo que después se verá, Piedra escrita junto al arroyo de las piedras y orillas del río de los Batanes.
Estos lucos de Fuen-caliente son unas cuevas piramidales, abiertas en matriz viva de pedernal, en los cuales se hallan figurados con tinta encarnada bituminosa, símbolos, jeroglíficos y figuras que no se corresponden a los alfabetos hasta ahora conocidos. Es tan rara esta memoria de la antigüedad gentilicia, que con dificultad se hallará otra de la misma especie. Pasan de 80 estas figuras y se encuentran en dos sitios , al pie de la sierra de Quintana, distante cerca de una legua de Fuen-caliente.
El primer sitio está más allá del arroyo de los Batanes, mirando a Oriente. Se ve tajada toda la falda del peñasco y sierra a pico, dejando una fachada o frente en que cortaron dos cuevas como pirámides contigua una a otra, de poco mas de una vara y media de alto, y cubiertas con las peñas de las montañas, que es pedernal. A los lados de las dos cuevas, hay dos caras hechas con pico y de propósito afinadas con aceros, como las superficies de las cuevas; y en todas sus caras que son seis, se hallan los caracteres, símbolos y jeroglíficos que hemos mencionado, trazados con la tinta indicada. La especie de atrio, que está delante de estas cuevas, se ve defendido con las piedras que de allí se cortaron y forman valla al sitio, juntamente con muchos arboles y arbustos.
La segunda piedra, que dista de la primera como un cuarto de legua, y está situada a la orilla del arroyo de los Batanes, junto a una cascada que allí se forma, presenta otros jeroglíficos y figuras en dos caras de la misma piedra, que se halla al descubierto y por esto alterados los jeroglíficos, a lo que también ha contribuido el humo del fuego que se conoce haberse hecho delante de la piedra. La roca, que es de pedernal muy fino y compacto, está cortada con acero, haciendo un frontispicio de más de seis varas de alto y otras tantas de ancho, en el cual se ven dos cuevas contiguas, hechas a pico, asperonadas, de forma piramidal como las anteriores, siendo su profundidad en la peña de una vara y su altura de una y media. En estas dos cuevas se hallan señalados con la tinta que hemos referido, el sol y la luna, con diversas figuras jeroglíficas, que se conservan muy bien a pesar de los años.
Don Fernando López de Cárdenas, trataba de sacar entera una de estas piedras escritas para mandarla al Gabinete de Historia Natural, con cuyo objeto se la había pedido el Conde de Florida-Blanca; pero no pudo sacar mas que una parte de la segunda, por ser más blanda que la primera, como de media vara con cuatro de sus caracteres, y sobre ellos la figura de un sistro. De otra piedra dieron después noticia al Sr. Cárdenas, en que se hallaba una imagen pequeña, de color rojo, con otras figuras, que parece no llegó a examinar.
Es de presumir que los Fenicios, que no hicieron establecimientos en España con otro fin que el de aprovechar sus ricos productos y señaladamente sus minas, o los Cartagineses sus descendientes, que hicieron asiento en Cástulo no lejos de Fuen-caliente, por no tener establecimiento fijo en el territorio que hoy pertenece a esta villa, construyeron algunas habitaciones provisionales para atender al laboreo de las minas; y a fin de dar allí culto a sus divinidades, hicieron lucos donde las colocaban y ofrecían sacrificios.
Mas habiendo de hablar de las aguas termales, que es lo más importante que ofrece esta villa, decimos que, sin duda considerando a la Virgen como protectora de los baños, labraron su iglesia de forma que el agua del manantial caliente nace a borbollones en la parte inferior del templo, y de aquí es conducida pasando por el altar mayor a la alberca, que está debajo del camarín. El nacimiento del agua del baño templado está fuera del muro de la iglesia: mas para ir a su depósito pasa por debajo de ella. En éste entran dos caños, el frío es el antiguo; el caliente se le introdujo en 1830. Donde cae el agua del caño caliente, esta el agua del baño fresco cuyo conducto va por bajo del suelo al templado.
La temperatura del manantial es constante, pero varía, como se infiere de lo dicho, en cada uno de los baños. En el nacimiento tiene el caliente 32 grados de R. y en el baño 30 y ½; el templado 30 y el fresco 29.
En el manantial, el color de las aguas es algo zarco; pero si se examinan en un vaso de cristal aparecen claras y transparentes. Carecen de olor, y su sabor es ligeramente agrio. Son suaves al tacto y desprenden algunas burbujas. Sirven para la vegetación, y así es que son empleadas por los naturales en regar sus huertezuelos, aprovechando el agua que es derramada cuando, como se ejecuta diariamente, se limpian los baños para lo que tienen establecido cierto turno. Alteran el color de las ropas que se sumergen en ellas; dándolas el de mahón oscuro. Su peso específico es algo mayor que el del agua destilada; pero su gravedad se aumenta algún tanto después que han estado un breve tiempo expuestas al contacto del aire. En los registros y depósitos deposita el agua un sedimento craso y untoso, que no se halla en los baños a causa de la frecuencia con que se limpian, lo que no se hace con aquellos.
Esta aguas enrojecen, aunque débilmente, la tintura de tornasol y de violetas, se ennegrece con la tintura de agallas, forman un precipitado blanco con la disolución de cal, etc. Dejada enfriar, a proporción que pierde el calor con que nace y obra en ellas el aire atmosférico, x altera su transparencia, y da un precipitado de un color blanco sucio que tira a amarillo, cuyo fenómeno se produce con más prontitud si se hierve el agua; en cualquiera de los dos casos, separado por un filtro el precipitado que se posa, presenta los caracteres del carbonato de hierro; y así de solo estas operaciones resulta la presencia en el agua de aquella sal neutra y del gas ácido carbónico, que es el agente que la mantiene en disolución. La misma agua en que se ha efectuado el anterior procedimiento, no altera las disoluciones de cal ni la tintura de agallas; pero enrojece, aunque más débilmente, las tinturas vegetales, los que demuestra la existencia de uno o más ácidos menos volátiles que el carbónico, los que como se deduce de otros fenómenos, son el sulfúrico y el hidroclórico. En fin, de los análisis, sino exactos aproximados de estas aguas, resulta que sus mineralizadores volátiles y fijos son los ácidos carbónico, sulfúrico, el hidroclórico, el hierro, la cal, la alúmina y la sosa.
Pertenecen pues las aguas de Fuencaliente a la clase de las ferruginosas, o sea según otra más escrupulosa clasificación, a las de las acidulo-salino-ferreo-sulfatadas.
Son útiles estas aguas en el asma que se llama húmedo, cardialgias, pleurodinias y gastrodinias, dispeptias, hipocondría, y en todos los casos de inacción de las membranas mucosas gastro-intestinales y de los órganos secretores hepático y pancreático; en las obstrucciones del hígado y bazo, en la hepatalgia y en la nefralgia; en las leucorreas pasivas, o en las que consisten en una pura hiperdiacrisis; en las clorocis infebriles sin extenuación; en las retenciones y desarreglos menstruales por causas debilitantes; en los tumores edematosos, hidropesias incipientes sin lesión particular de ninguna víscera, en los infartos linfáticos, escrófulas, etc.; en los cólicos que se reproducen con frecuencia, reumas crónicos, artritis, ceática, etc.; en las afecciones psoriásicas y herpéticas, y finalmente en varias dolencias producidas por la supresión de la transpiración. Tomadas en bebida reaniman las propiedades vitales del aparato gástrico, cuyo efecto se transmite a la economía, y por consiguiente aumentan el apetito, aceleran las digestiones, disuelven las materias contenidas en el tubo intestinal, promueven la evacuación de la bilis excedente, la expulsión de las materias fecales y de la orina, y finalmente abundantes sudores cuando se toman a su natural temperatura.
Aunque es mucho lo que pudiéramos decir relativo a la topografía de esta villa y a sus aguas minerales, y lo omitimos por no traspasar los regulares límites de un artículo, no podemos menos que impugnar una preocupación que se tiene con respeto a estas aguas, la cual no habiéndose limitado al vulgo, aun ha sido recibida sin examen por algunos facultativos; ésta es, que las agua de Fuen-caliente son perniciosas a los que padecen afecciones venéreas, sin embargo que una larga experiencia ha manifestado lo infundado de esta persuasión. En el último tercio del siglo pasado no era seguida tal opinión entre las personas de alguna instrucción y criterio, pues como hemos tenido ocasión de ver, en algunos papeles del curioso y erudito Don Fernando López de Cárdenas, ya citado arriba, se halla consignado lo siguiente: "dicese que no aprovecha (el agua de Fuencaliente) en las enfermedades producidas por humores calientes o del venéreo; esto segundo lo ha falsificado la experiencia." En la actualidad son muchas las personas del pueblo que en varios tiempos han visto hacer uso de estas aguas a sujetos afectos de sífilis, no precisamente por curarse esta enfermedad, sino alguna otra que al mismo tiempo padecían; y ya que en ellas no tuviesen alivio, al menos no han experimentado los funestos efectos con que hasta los médicos intimidan a los enfermos.
Si la experiencia milita contra esta aserción, también la razón está contra ella, y siendo varias las que pudiéramos aducir, nos limitamos a la siguiente. Algunas aguas minerales de las de la clase de esta villa, o muy análogas a ellas, lejos de ser perjudiciales se usan con buen efecto en las afecciones venéreas. Tales son, por ejemplo, las de Busot, situadas en la jurisdicción de la villa de este nombre, cuya temperatura al salir es de 32 a 33 grados de R. y cuyos mineralizadores son el sulfato de cal, el de magnesia, y el muriato de magnesia. En igual caso se hallan las de Archena, como dice en su poema titulado Thermae Archenicae Don Ignacio Ruiz de Ayala, cuyos versos traducidos son los siguientes:
A Archena busque el que de Venus vaga
Soltó la rienda a ilícitos amores,
Y halló su premio o en la acerba llaga,
O en horrenda hichazón, o en mil dolores,
Indicios de su doble desventura
Que vuelven el placer en amargura.

Y siendo estas aguas muy útiles y benéficas a los que padecen tan cruel enfermedad ¿solo las de Fuen-caliente han de tener el triste privilegio de ser funestas y aun mortíferas, a los que sean afectos, por poco que sea, de la misma dolencia?
Es crecido el número de bañantes que concurren a estas saludables aguas desde principios de primavera hasta mediado Otoño, no solo de la misma provincia de Ciudad Real y de las limítrofes de Extremadura, Jaén y Córdoba, sino también de alguna más distante; y sin embargo, aunque en el día se hallen mejores albergues que en tiempos antiguos, todavía no son como debieran, ni el pueblo está tan surtido como sería de desear, faltando aun los artículos más necesarios. !Cuando llegará el tiempo en que los establecimientos de aguas minerales, ya parte del gobierno, ya de los pueblos y particulares, se vean tan bien montados como se hallan en otras naciones!"
LUIS MARÍA RAMÍREZ Y LAS CASAS-DEZA