ANTIGUOS MOLINOS Y BATANES DE FUENCALIENTE
|
Corría el año 1575, época en la que España era la principal potencia
mundial y en el imperio de Felipe II nunca se ponía el sol, cuando el
monarca envió un cuestionario a todos los pueblos de Castilla
preguntando por su historia, sus habitantes, sus costumbres, y de
paso por sus fuentes de riqueza, con el fin probable de establecer
nuevos impuestos con los que mantener su vasto imperio. Estos escritos
se conocen como la
Relaciones Topográficas de Felipe II, y se conservan las contestaciones de muchos pueblos, entre ellos
las de Fuencaliente, en la Biblioteca de El Escorial. Los vecinos de
Fuencaliente Sebastián García Lozano, Juan Muñoz el Viejo, Lucas
García, y el bachiller Rodrigo fueron los encargados de contestar las
preguntas del cuestionario enviado por el rey a esta población, y
respondiendo a la pregunta número 22 dicen:
"Que en los ríos que pasan por el término de la villa hay
once molinos harineros. Nueve en el río de la
Yegua: dos de Juan López Nevado, dos de Francisco Rodríguez, uno de
la mujer e hijos de Diego Luchena, otro de Pero Hernández, otro es
de Miguel Martín, y otro de Tomé de la Ferradilla. El río que pasa
más cerca de la villa tiene un molino de Tomasa Perlán. Y en
Ventillas, otro en el arroyo de la Liseda, que es de Asensio Gómez.
Y en el río La Yegua hay tres batanes: uno es de
los hijos y herederos de Juan de Almagro, y otro de los herederos de
Juan de Cuellar, y otro de Bartolomé Romero y de sus hermanos,
vecinos de Pedroche."
| Molino del Ingenio |
Casi doscientos años después, en 1752, se realizó otro interrogatorio
parecido al anterior, el conocido como
Catastro de Ensenada, puesto en marcha con el mismo fin, la recaudación de impuestos. Las
respuestas relativas a la villa de Fuencaliente fueron escritas por el
escribano Joseph López Gijón y se encargaron de responderlas los
siguientes vecinos: Juan Martín Poyatos y Sebastián Nevado, Alcaldes
ordinarios, Alfonso Díaz Serrano, regidor, Sebastián García Lozano,
procurador síndico general, Tomas Jiménez, labrador, Juan Casimiro
Díaz, labrador, y Alfonso Ramírez, alguacil mayor, por ser
"personas prácticas y inteligentes y noticiosas". El cura del
pueblo, Juan Francisco Criado, se encargó de tomar juramento a los
declarantes. Respondiendo al cuestionario, en la pregunta 17, dicen:
"No hay batanes, ni otros artefactos de los que la
pregunta refiere, a excepción de
algunos molinos harineros; su fabrica de todos de
cubo, que muelen con las aguas corrientes de tres ríos pequeños
llamados el del Lugar, el de los Molinos, y el de la Lisea".
La relación de molinos que hacen es la siguiente: "Un molino harinero que pertenece a Domingo García, llamado
el de la Herrería, el más distante de esta Villa...
Molino de Juan García de Heredia y Dionisio Ortega,
vecinos de esta Villa; molino con cubo pequeño y de poco moler...
Molino que pertenece a Francisco Muñoz Cepas, Ana Juliana Muñoz su
hermana y a Francisco Ignacio Muñoz, y a este molino llaman
el de la Higuera... Molino llamado de los Guindos
propio de Juan Antonio Gijón... Molino propio de Alphonso Díaz
Serrano, y le llaman a este molino el Quemado...
Molino que llaman de la Talaverana y es propio de
Gerónimo Rodríguez... Molino llamado
del Ingenio, propio de Juan Batanero el Mayor; el
mejor que hay en esta Villa... Molino llamado
del Zurdillo, propio de María Heredia, viuda de Alphonso Morillo... Molino
llamado de la Encinilla, propio de Juan Casimiro
Díaz, y Ana López viuda de Gabriel Díaz... Molino llamado
de la Lisea que es propio de Manuel Castellanos,
vecino de la Aldea de Ventillas... Molino llamado
de la Iñesta que es propio de Don Diego Antonio de
Rísquez, presbítero, al presente arrendado por Juan de Ortal". | Molino de los Guindos |
En 1752 los batanes habían desaparecido pero había el
mismo número de molinos que en 1575,
once molinos harineros. Como curiosidad también había un vecino que se llamaba igual que otro de 1575, Sebastián García Lozano. Los nueve molinos del río Cereceda de 1752 los relacionan por orden, siguiendo el río aguas abajo. El más importante en esta fecha es el molino del Ingenio, que luego acabó siendo llamado del Egeño por mala pronunciación de la gente. Poco o casi nada queda hoy
día de aquellos molinos y batanes. Recorriendo los ríos cercanos
todavía podemos ver algunos restos de lo que fueron aquellas
construcciones hidráulicas y hacernos una idea de lo que sería la vida
y el trasiego de gente por el río cuando los molinos y batanes
estuvieran en funcionamiento. Los restos que quedan no son muchos,
pero algunos muy interesantes. En el siguiente mapa se puede ver la
localización de los restos que conocemos.
|
Localización de antiguos molinos, molinas y batanes
|
MOLINOS HARINEROS
|
Los molinos eran todos molinos harineros movidos por
la fuerza hidráulica. Los molinos aceiteros no existían
porque aun no había olivos; habrá que esperar bastante tiempo para
ver las primeras plantaciones de olivos en el término. Así pues, hacia 1575 había en el término
municipal de Fuencaliente
11 molinos harineros hidráulicos. La mayoría de ellos (nueve) estaban situados en el
río de la Yegua (Yeguas) y su afluente que ahora llamamos
Cereceda, río que ha sido llamado popularmente como "el río de atrás" y "río de los molinos"; en el río
del pueblo, ahora llamado Pradillo y también afluente del
río Yeguas, había otro molino; por último, otro
molino había en Ventillas que se servía del agua de la garganta de
la Aliseda.
La industria de los molinos harineros se remonta a los principios de
la Historia y perduró hasta bien entrado el siglo XX. Los
agricultores guardaban el grano en sus cámaras, o trojes, y lo iban
sacando para moler según sus necesidades y muchas veces se molía a
escondidas y de noche, pues era obligatorio declarar lo que se molía
y pagar impuestos. Aparte de eso, el molinero se quedaba con una
parte de lo molido, la maquila, y por eso también se les llamaba
"molinos maquileros". El agua se cogía del río mediante una
pequeña presa o azud, y por un
caz (acequia), llegaba hasta el
cubo del molino. El cubo tenía la función principal
de almacenar agua, pero también conseguir que ésta tuviera más
presión para poder mover la rueda de madera que hacía girar la piedra de moler. Los molinos de estos pequeños
ríos necesitaban de un cubo, o pozo, pues la corriente natural no
tendría la fuerza suficiente para mover la pala. Desde el cubo, el
agua entra en el molino por un canal bajo el piso hasta donde estaba
la pala, una rueda de álabes que giraba impulsada por el agua. El eje
de la pala subía hacia el piso del molino, lo atravesaba y hacía
girar la muela o piedras.
| Molino de Brillorea |
Cada muela consta de dos piedras, la inferior fija y la superior
móvil. El grano caía desde una tolva de madera situada sobre la
piedra de arriba y se iba moliendo entre piedra y piedra hasta salir por los
bordes convertido en harina. El molinero regulaba el paso del agua
con una compuerta de madera y la velocidad de la piedra se podía controlar regulando el caudal de
agua. Después de
mucho uso la piedra solera se quedaba lisa y había que picarla y
rayarla para que moliera mejor.
Los últimos molinos harineros (el de Macario, el de Lisardo, y el de
Chilín) fueron dejando de moler después de la Guerra Civil. Hubo un momento en que se intervino por parte del Gobierno la producción de trigo, se prohibió molerlo en los molinos maquileros y los agricultores fueron obligados a entregarlo al silo de Almodóvar, del tal forma que solo se pudo seguir
moliendo cebada y avena para pienso. El último molino que estuvo
funcionando fue el de Chilín, en el río Yeguas, que cerró a finales
de los años sesenta del pasado siglo XX. Unos años antes había
cerrado la "fábrica" de Lisardo, en el Egeño, y antes el
molino de Macario, en el río Cereceda.
|
MOLINO DE BRILLOREA Sus ruinas se localizan en la junta de la garganta de Peñaescrita y el río Cereceda. Se puede ver el enorme
cubo del molino excavado en las pizarras, los hormazos de las paredes
y el caz. El edificio del molino es bastante pequeño pero el cubo es
muy grande. Alguna gente le dice Molino de Bullarea, en vez de
Brillorea, y no está muy claro cuál sería su nombre original. El aspecto que tiene es de haber sido abandonado hace muchísimo
tiempo. En 1752 estaba funcionando y le llamaban molino de la Talaverana. | Molino de Brillorea |
|
MOLINO DE RAMÍREZ Sus ruinas se encuentran aguas arriba del
Molino de Brillorea, en la margen derecha del río, y antes de llegar
al Molino de los Guindos. Parece de los más antiguos por el tipo de
construcción, toda de piedra de pizarra, sin ningún ladrillo ni
argamasa. Se puede ver el cubo y la gran pared de piedra que lo
cerraba, la plataforma del caz, la salida del agua por debajo del
edificio (cárcavo), y una piedra de moler partida en tres trozos. Por
los restos de construcciones que quedan parece que el molino era bien
grande. En su construcción se asemeja al de Brillorea pero parece
mucho más antiguo. Corresponde al molino llamado del Quemado en 1752. | Molino de Ramírez |
|
MOLINO DE LOS GUINDOS Sus ruinas se encuentran en el paraje de los Guindos,
más arriba del Molino de Ramírez, en una de las zonas más inaccesibles del río Cereceda. Está muy tapado por la vegetación pero
se ven las paredes viejas, restos de otras construcciones adyacentes,
y un piedra de moler junto a la puerta, colocada como asiento. Muy
escondido entre la vegetación se conserva el sorprendente cubo, en
forma de pozo circular muy bien terminado. Desde el collado Canela,
junto a la cuesta del Chaparro, bajaba una vereda hasta el molino, y
aun aparece en algunos mapas del Ayuntamiento como "Vereda del molino
de los Guindos". Ha conservado el nombre que tenía en 1750. | Molino de los Guindos (cubo) |
|
MOLINO DEL CORNETA Estaba situado en La Dehesa, cerca del
Molino de Macario pero al otro lado del río, en lo que hoy son huertas particulares. Se puede
ver el azud (reformado) y el caz que se sigue utilizando para regar la
huerta. También se aprecia la vuelta del agua al cauce del río después
de pasar por los edificios donde estaría situado el molino. No parece
que quede nada reseñable pues se han hecho construcciones nuevas donde
se supone que estaba el antiguo molino.
|
MOLINO DE MACARIO Antes ha sido llamado Molino del Mellado, y también se le llamaba Molino de la Tía Cecilia. Macario fue
su último propietario, pero antes era de la familia de Rafaelillo
Mellado y de su mujer, la Tía Cecilia. Esta situado en La Dehesa, en
el lugar que ocupa el chalet Torregrosa y aun se puede ver parte del
cubo del molino bajo el voladizo de la nueva construcción. Después de
estar cerrado se abrió tras la guerra civil para cerrarse
definitivamente a mediados de los años cincuenta. El enorme azud, y el
caz, se pueden ver todavía. El edificio del molino se encuentra junto
al río, separado del chalet, y se encuentra en sorprendente buen
estado de conservación. | Molino de Macario |
|
MOLINO DEL INGENIO Se localiza en el Egeño, en la junta de los ríos Cereceda y Pradillo. En sus últimos años de funcionamiento era conocido como la Fábrica de Lisardo, pues Lisardo, "El Industrial", fue su último propietario. Si lo comparamos con los otros
molinos, queda justificado su nombre de "fabrica". Es de suponer que
su apertura supusiera el cierre de los pequeños molinos. Estuvo en funcionamiento hasta finales de los años sesenta del siglo XX. Aun quedan
en pie sus impresionantes paredes de tapia, gran parte de su
maquinaria entre los escombros, la gran puerta de madera, el caz, la
balsa y su compuerta. Después de la guerra civil se reformó su
maquinaria y se colocó una gran tubería de hierro desde la balsa hasta el molino. Se abastecía de agua
de ambos ríos; un caz provenía del río del pueblo, cogiendo el agua
cerca del peñón de Santa Ana, y el otro caz venía desde el río de atrás. En 1752 ya se llamaba molino del "Ingenio", era propiedad de Juan Batanero el Mayor, y era el "mejor que hay en esta Villa". De su nombre original, molino del Ingenio, se pasó con el tiempo y la mala pronunciación a Egeño y con este nombre se conoce al paraje donde se encuentra. | Fábrica de Lisardo, en el Egeño |
|
MOLINO DE CHILÍN Situado junto a la tabla del Ahogado, al sur
de Fuencaliente, cuando ya se han unido los dos ríos para formar el
Río Yeguas. En los "años del hambre" se
reabrió y estuvo funcionando hasta los años sesenta. Actualmente solo
quedan las paredes pues después de cerrar fue usado para encerrar
ganado y luego como perrera. El Molino de Chilín fue el último en
cerrar y su último molinero fue "Berejeno".
| Molino de Chilín |
|
MOLINO DE MORRILLA Entre la Fábrica de Lisardo y el molino de
Chilín, más abajo de la confluencia de ambos ríos, se encontraba el
Molino de Morrilla, justo antes de llegar a la Huerta de Conde. Hasta
hace poco se podía ver el caz y parte de las ruinas, pero fue
destruido al hacer la nueva carretera. El caz era el mismo que
abastecía al Molino de Chilín. Actualmente no queda ningún resto del
molino, pero lo que era el cubo ha quedado colgado sobre el talud de
la carretera y el caz es perfectamente visible al lado de la misma.
|
MOLINO DE LOS RASILLOS De este molino solo tenemos referencias orales. Se encontraba en la junta de la garganta de Peña Escrita y el arroyo del Barranquillo de las Piedras.
Sus ruinas deben estar perdidas entre el monte y hay quien dice haber visto entre las jaras algunos
restos de antiguos edificios.
|
MOLINO DE NAVALAJETA Otro molino que solo conocemos por referencias orales. Se encontraba en el río Navalajeta, cerca del
lugar conocido como Cerro de los Membrillejos. Según estas referencias, en el cauce del río se encontraba una piedra de moler que había arrastrado el agua. Y en escrituras familiares antiguas se habla del "paraje del molino" al
referirse a esta zona del río.
|
BATANES
|
Los tres batanes que había en 1575 en el término de
Fuencaliente pertenecían a vecinos del Valle de los Pedroches, donde
había una floreciente industria textil (Pedroche, Torrecampo). El
objeto de estos ingenios hidráulicos era abatanar o tundir los tejidos
de lana, que consistía en golpearlos repetidamente para que
adquirieran más consistencia y flexibilidad. En el año 1752 no quedaba
ninguno de ellos en funcionamiento y hoy día solo queda el recuerdo en
el nombre de la Chorrera de los Batanes.
|
Chorrera de los Batanes
|
Para abatanar o tundir los paños se remojaban y se golpeaban
después con unos mazos de madera; estos mazos eran movidos por una
rueda que a su vez era movida por la fuerza del agua. El abatanado
entrecruzaba más las fibras y el resultado era un tejido más
uniforme, resistente y agradable de llevar. Como todas las partes eran de madera, su montaje era sencillo. Los
batanes no necesitaban mucha infraestructura, tomaban el agua
directamente del río y como construcción les bastaba un simple
cobertizo. El batán necesitaba de una pila para ablandar el tejido, una rueda
de álabes, un eje de levas, un par de mazos, y una pila donde éstos
golpeaban el tejido. La rueda de madera giraba solidaria con el eje
que llevaba dos levas intercaladas a 90º; de esta forma las levas
levantaban los mazos y los dejaban caer alternativamente uno después
de otro. Todo el conjunto descansaba sobre cuatro pies derechos de
madera con un armazón superior del que colgaban los mazos. Todavía se conservan batanes en el Norte de España como en Fiscal (Aragón), Aniezo (Cantabria), y Val de San Lorenzo (León). | Batán de Aniezo (Cantabria) |
|
BATÁN DE LA VEGA DEL HELECHAL De los 3 batanes que
había en Fuencaliente en 1575, sólo quedan los posibles restos de uno
de ellos en la Vega del Helechal, junto a la Chorrera de los Batanes.
Allí es posible ver, entre la maleza, un pozo redondo con un tipo
de construcción diferente a los cubos de los molinos
harineros. El tipo de construcción, y la proximidad a la Chorrera de
los Batanes, hacen pensar que se trata de uno de los antiguos batanes,
y una limpieza y excavación de las ruinas adyacentes podrían confirmar
este extremo. Tanto el cubo, como las ruinas anejas, están tapados por
la vegetación.
| Vega del Helechal |
|
MOLINOS ACEITEROS
|
Los molinos aceiteros o almazaras se les llama también "molinas". En 1575 no había ninguno porque no había
olivos plantados ya que las primeras plantaciones de olivos se
hicieron en el siglo XIX después de las distintas desamortizaciones.
Luego se construyeron el Molino del Plantío, el Molino de las Mestas, la
Molina de la Fuente del Compadre y la Molina del Egeño, todas ya
desaparecidas.
|
MOLINA DEL EGEÑO
También conocida como Molina de los Muñoces. Situada entre los dos Puentes del Egeño,
en la junta de los ríos Cereceda y Pradillo, junto a las ruinas de la
Fábrica de Lisardo, es el edificio industrial más importante que se
conserva en Fuencaliente. Se encuentra en un lamentable estado de
conservación y se derrumbará si no se hace nada urgentemente. Era una
gran almazara, pero la construcción de la Molina de la Cooperativa,
junto a la Fuente de la Teja, provocó su cierre y abandono, ya que no
fructificaron las negociaciones entre los propietarios y la
Cooperativa para unificar ambas empresas. Su nombre, Muñoces, proviene
de la familia propietaria, a la que sigue perteneciendo el edificio.
Estuvo más o menos bien conservada hasta hace poco, pero actualmente
se utiliza como corral de ganado y nadie muestra interés por su
conservación. Aunque fue modernizada en su momento, usaba animales
como fuerza motriz. Contaban los viejos que no había un animal
encargado de moler, sino que cada agricultor llevaba su animal, mulo,
burro o caballo.
| Molina del Egeño |
|
MOLINO DEL PLANTÍO
La primera plantación de olivos que se hizo en Fuencaliente, no
sabemos la fecha exacta, fue junto a la Huerta de la Peralera, en los
Collaíllos, y allí se construyó el primer molino aceitero. Es el más
antiguo, hasta el punto que nadie recuerda si tenía nombre, y todos le
llaman el Molino Viejo o Molino del Plantío. En los mapas antiguos
simplemente le llaman molino antiguo y molino aceitero. Desde
Fuencaliente se llegaba por el Camino de la Puente, el que pasaba por
el Charco Matamujeres y por la Vega de la Virgen. El lugar donde se
encuentra se conoce como el Plantío, de ahí su nombre. A pesar de ser
el más antiguo, se cuenta que estuvo en funcionamiento hasta los años
cuarenta. Ya está derruido pero se puede ver la balsa del alpechín,
algunas piedras de grano y las paredes viejas (los hormazos). Hasta
hace poco se conservaban el rulo con las piedras pero fue expoliado.
| Molino del Plantío |
|
MOLINA DE LA FUENTE DEL COMPADRE
También llamada Molina de los Chaparros, pertenecía a familia de los Gutiérrez (de la Tía Chaparra), y está
junto a la Fuente del Compadre, en la salida del Camino de
Conquista. La maquinaria provenía de la Molina de los Jaramagos, de
cuando ésta se cerró y sus socios se trasladaron a este lugar, en
las afueras del pueblo. Actualmente no queda mucho de interés pero
el edificio se conserva aunque en muy mal estado.
| Molina de la Fuente del Compadre |
|
MOLINO DE LAS MESTAS
También llamado Molina de los Jaramagos. El paraje donde se encuentra
se llama Vega del Tío Planas, y su ubicación responde a otra de las
primeras plantaciones de olivos que se hicieron en el pueblo. El tío
Planas era yerno de Francisco Mohedano, al que apodaban "Jaramago",
que llego a ser intendente de Alcudia en el siglo XIX. Aunque después
se convirtió en un cortijo, el edificio es prácticamente el mismo de
la antigua molina, pero la maquinaria fue trasladada a la Molina de
los Chaparros, por lo que poco queda en el edificio que recuerde su
antiguo cometido.
| Molino de las Mestas |
|
OTROS INGENIOS HIDRÁULICOS
|
NORIA DE LA CANTINA Aunque no tiene que ver nada con los
molinos, referimos aquí esta curiosa construcción de nuestros ríos de
la que poco se sabe. Se encontraba en el Río Yeguas, en el Cortijo de
La Cantina, en la esquina de la huerta vieja, junto al cauce del río.
Los restos que quedan son la plataforma que sustentaba el eje de la
noria; este eje era movido por medio de un burro que daba vueltas sobre la
plataforma. También se puede ver, al lado, un machón de piedra del que
saldría la viga que sujetaba la noria. El objeto de este artilugio era
regar la huerta adyacente. Juan Luna ("Juanillo Zumba") me contó que recordaba ver
la noria funcionando.
| Noria de la Cantina |
|